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viernes, 2 de septiembre de 2016

¿Existe el secreto para el éxito?

La pregunta es recurrente, ¿existe o no el secreto del éxito?
     Pues la respuesta para nosotros es sencilla. Sí, existe, pero está tan bien guardado que nadie lo sabe. Entonces, ¿no existe? Y en realidad, no es un secreto cómo llegar al éxito y ya Einstein lo decía: «el genio se hace con un 1% de talento y un 99% de trabajo", y otros refrendan la frase agregando que «el éxito es 1% inspiración y 99% de transpiración». 
     Sea como sea, todo nos indica que no hay secretos ni caminos cortos -aquí va otra frase muy ajustada: éxito está antes que sacrificio, sólo en el diccionario-. Y por el contrario, de obstáculos y más bien grandes desafíos se conforma esta senda que tampoco significa que es imposible de transitar o que nuestras fuerzas no son suficientes para el efecto. Es cuestión de decisión, planificación, disciplina y acción.

I. EL NORTE

     Cualquiera fuere el proyecto que tengas y que pretendas, lo importante es trazar lo antes posible un plan, a fin de que todo tu esfuerzo y energía esté dirigido exclusivamente hacia una dirección específica, que podemos -por qué no-, llamarla éxito.
     Y esto podemos explicarlo muy sencillamente. Si sales de tu casa y quieres dirigirte al trabajo que se encuentra en el centro de la ciudad por ejemplo, pues tomas tu bicicleta, motocicleta, automóvil o el bus o el medio de transporte que utilices para el efecto y te diriges hacia tu objetivo, sin más. Lo mismo, si quieres volver a tu casa o viajar a otro lugar, o visitar amigos o familiares, estás guiado por una dirección donde arribarás, por lo que en términos sencillos, pues posees instintivamente una noción del punto donde llegarás, y de seguro que difícilmente tomes una ruta que no te lleve directamente al lugar planificado.
     Pues si para esas actividades tan comunes, diarias y prácticas utilizas ese mecanismo lógico de conducirte, es inexorablemente real de que para lograr el éxito en tus actividades financieras y económicas es aplicable la misma ecuación, que implica nada de atajos riesgosos, nada de vueltas y vueltas sin sentido, nada de distracciones fútiles, etcétera. Cuando más concentrado estés en tu objetivo, en tu norte, más pronto arribarás al mismo, incluso con mejores o en mejores condiciones de lo que te esperabas. 

II. ¿SÓLO TRABAJO?

     Ahora, lógicamente no es matarse trabajando, ni olvidar lo básico de los descansos, el ocio eventual, el compartir con familiares y amigos, entre otras sanas y vanas actividades necesarias para nuestro bienestar.
     Entonces no es solamente trabajar, sino que hay que saber dentro de esa planificación concreta hacia nuestro objetivo, escindir el tiempo que podemos (yo diría debemos) apartar para el descanso y demás que se ha mencionado, debido a que ello también es parte de la vida. Como decía un buen amigo koreano, «aunque abra mi negocio los domingos, no ganaré un millón de dólares este mes, así que, prefiero cerrar y disfrutar con mi familia». Esa reflexión de este apasionado comerciante, que quizás un poco en broma o un poco en serio lo repetía, es en realidad un punto elemental para comprender en más de una ocasión que no todas las horas del día o todos los días de la semana son para trabajar. El multimillonario mexicano, Carlos Slim, insiste -hasta hace poco se le escuchaba con lo mismo-, que las jornadas laborales debieran ser nada más de 3 días a la semana, lo que sugiere que efectivamente debemos darle mucha importancia a nuestros descansos. 

III. CONCLUSIONES

     Si bien por una inentendible interpretación de aquella ley de Einstein de la relatividad (y que supuestamente con ello de que todo es relativo), en realidad existen algunos absolutos, seguramente con sus excepciones, pero uno de ellos es aquel axioma que reza que no segarás sino siembras, o en otros términos, hay que plantar para cosechar. Reiteramos, de seguro habrá muchas excepciones, pero es una regla general que difícilmente pueda quebrantarse.
     De lo que sigue es que para llegar al éxito no hay secretos, sino más bien un manual específico y claro que detalla como mínimo cuatro elementos fundamentales: i) la decisión; ii) la planificación; iii) la disciplina; y, la iv) la acción. Éstas pueden variar según los autores, pueden decirse de otros modos, pueden ser menos de 4  o más de 20, pero en definitiva lo que no se niega es que se requiere única y exclusivamente de ti. Así que fuerza y adelante. 


Esfuérzate y sé valiente (J.1:9)



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